martes, 13 de septiembre de 2016

Critica a Dark Knight Returns (2da Parte): El Triunfo del Caballero Nocturno

En el artículo anterior comenzamos nuestra crítica Dark Knight Returns de Frank Miller. Analizamos el primero de cuatro libros que componen el comic. En el libro uno, Batman regresa después de diez años de inactividad. Miller retrata una sociedad cínica, caótica, sumida en el barro por la corrupción y las ideas liberales. Los criminales se los muestra estereotipados como punks (miembros de un movimiento fuerte de antisistema de los 80´). El principal enemigo de la primera parte es Harvey Dent, más conocido como Two Face (dos caras). El villano es el reflejo de lo que siente Batman. Se plantea que la psicosis de Dent no se puede curar, igualmente la psicosis de Bruce Wayne. En una viñeta nuestro héroe es entrevistado por periodistas y opina sobre Two Face: “Debemos creer en Harvey Dent. Debemos creer que nuestros demonios privados pueden ser vencidos”. Miller presenta a Batman tan enfermo como su némesis. Algo que también planteará Alan Moore más adelante en su Killing Joke.

Ahora trabajaremos con el capítulo dos: El Triunfo del Caballero Nocturno.
El Villano es el líder mutante (creado por Miller para esta historia). Los mutantes son una banda criminal que parece casi un movimiento político. Se parecen a los grupos punks y skinheads que pululaban en los E.E.U.U. de los 70´y 80´. En éste libro se introduce a un nuevo Robin, mejor dicho nueva. Ella salva a un derrotado Batman en un primer encuentro con el Líder Mutante. Batman decide prepararse de otra manera. Se da cuenta que metiendo en la cárcel al villano no podrá hacer nada. Porque en el fondo el líder es un icono revolucionario. Los seguidores son su fuerza. Por eso debe derrotarlo simbólicamente. 


Casi inconscientemente el autor muestra la verdadera función de Batman en la cultura contemporánea: derrotar simbólicamente a los enemigos del orden capitalista y hegemónico. La pelea de Batman es por capturar el corazón de los discípulos del Líder Mutante. Los políticos son blandos y no pueden manejar el caos. Miller mata al alcalde de Gotham a manos del Líder Mutante cuando va a negociar con éste a la cárcel. Al final del libro, Batman derrota al Líder en un mano a mano frente a todos los miembros mutantes. Convirtiéndose a los ojos de ellos como un tipo duro, por ende, en un nuevo ídolo para ellos. Cabe aclarar que el término mutante se refiere a cambio, evolución; Frank Miller parece rechazar el cambio y la evolución con un Batman que enfrenta mutantes.


Después del triunfo de nuestro héroe sobre el Líder mutante, es interesante leer una de las últimas páginas del capítulo dos: Mientras se ve el dibujo grotesco de Batman parado sobre su contrincante, los siguientes cuadros que lo acompañan muestran a diferentes personajes de la historia dando su opinión del evento. Primero se ve a un ex miembro de la banda mutante proclamar con el símbolo del murciélago tatuado en el rostro: “Los mutantes han muerto. Los mutantes son historia. Ésta es la marca del futuro. Ciudad Gótica pertenece a Batman”. El doctor  Bartholomew Wolper atacará al encapotado con esta frase: “Exactamente como predije, Batman ha infectado a la juventud Gótica…envenenándolos con excusas insidiosas para su conducta antisocial”. Recordemos que este psiquiatra representa también ese progresismo de ideas que a Miller no le simpatiza mucho. La ideología del autor estará reflejada en unas viñetas más adelante, donde un ciudadano común dice: “Un montón de psicópatas atacan criminales en vez de inocentes ¿de esto quieren culpar a Batman?”. A través del segundo libro se va preparando el panorama de lo que serán el tercero y cuarto libro. Pero de eso hablaremos en los próximos artículos.

martes, 6 de septiembre de 2016

Critica a Dark Knight Returns (1era Parte): Desnaturalizando a Batman

Continuamos con lo iniciado en el artículo anterior: desnaturalizando a Batman. Un personaje muy querido por el fandom. Apreciado. Basta con que diga “I´am Batman” para que se nos caigan los calzoncillos de la emoción. Pero nunca hay que dejar de hacer otras lecturas, o sea, buscar las verdaderas sombras de este personaje.





 El artículo anterior hicimos una breve reflexión y reseña de la obra de Jeph Loeb y el barroco Jim Lee: Hush. Una obra que vale lo mismo a un videoclip pop de Mtv. Mucha imagen y nada de contenido. Imágenes espectaculares como las películas de Michael Bay. Pero queda ahí, no hay una puerta a la construcción de sentidos y de conciencias. Por esa razón, criticaremos otra historia de Batman: El regreso del caballero de la noche de Frank Miller.



Fran Miller no es un hombre ajeno a la política. Reconocemos que no nos sentimos identificados con la visión política segregacionista de Miller. Si leemos varias obras de él podemos interpretar un mundo bueno, justo, cool, moralista cristiano y, sobretodo, occidental siendo atacado por un mundo oriental, musulmán, barbárico y degenerado; por ejemplo, vemos esas ideas 300 (adaptado al cine) de la editorial Dark Horse y explícitamente en Holly Terror de Legends (editorial propia del autor). Pero no entraremos a analizar estas obras. La que nos compete es The Dark Knight Returns (El regreso del caballero de la noche). Pero volviendo a nuestro amigo Frank, es un hombre que criticó duramente a los indignados que marcharon en Wall Street. Los pensamientos de izquierda ya no le simpatizan tanto, posiblemente su historia menos derechosa es el comic Give me Liberty. Miller se inició dibujando Daredevil (salvándolo de su cancelación cuando se hizo cargo de los argumentos) y es tan padre de la mitología del abogado ciego de Hell´s Kitchen como Stan Lee y Jack Kirby.

Frank Miller 

300 Una obra que nos habla del presente mirando el pasado.

Interior de 300


Visión política explícita se presenta en éste comic de Miller.
Interior de Holy Terror donde caricaturiza, entre varios, a Michael Moore (cineasta que esta en contra de la guerras en medio oriente por parte del gobierno norteamericano)

En este comic, Miller parece estar más cerca
 de la izquierda en sus ideas políticas


En los años 80´después de haber trabajado en Marvel, es contratado por DC. Hace un comic bastante vanguardista para lo que era la historieta comercial norteamericana: Ronin. Pero no fue muy bien vendida. Aun así, la editorial le da otra oportunidad y le deja trabajar con Batman. Y ahí nace esta obra de cuatro libros de 48 páginas en un formato fuera de lo común a lo que hacía DC comics. Valga aclarar que en esos años DC trajo a autores que repensaron la forma de relatar (tanto en escritura como en arte) en los comics americanos. La mayoría eran ingleses: Alan Moore, Grand Morrison, Brian Bolland, Neil Gaiman, Etc. Fran Miller se plantea ante Batman una queja existencial: “Eso fue lo que me molestó tanto de Batman. El maldito nunca envejecía” (fragmento de la introducción que escribe Miller para la edición de décimo aniversario de Dark knight returns).

Por eso la premisa de la que parte es contar la historia de un Batman que ya está viejo y retirado en la lucha contra el crimen. La historia se resume en un Batman que vuelve para establecer el orden pero de una manera mucho más brutal y antisistema. Es un comic que sirve de crítica a los E.E.U.U.  de Ronald Reagan ¿o es el deseo inconsciente de Miller de instaurar un estado fascista?
Analizaremos cada uno de los cuatro libros (que vienen a ser capítulos) que componen la novela gráfica. El primero se llama el Regreso del caballero nocturno (nombre que lleva toda la saga), el segundo es el Triunfo del caballero nocturno, sigue la cacería del caballero nocturno y termina con el cuarto libro llamado la Caída del caballero nocturno (con uno de los mejores climax de la historia del comic de superhéroes). Como fuente he usado una edición de Grupo Editorial Vid de México del año 1997.



Libro uno: El regreso del caballero Nocturno.

 Si Batman Año Uno (publicado un tiempo después con dibujos de Mazzuchelli) es una apología a la mano dura policial, el capítulo uno de DKR (lo nombraremos por sus siglas a partir de ahora) es un ataque a las teorías progresistas de la criminología. A Miller no le importa que haya un malestar psíquico en el villano o una psicopatología. Es el malo y punto. Debe ser golpeado y que no joda más. La historia empieza desde la visión de los medios de comunicación. La televisión dando noticias del día en Ciudad Gotham (hogar de nuestro “héroe”). Bruce Wayne brindando champan con el comisionado Jim Gordon. Pareciera que se suelen juntar a conversar, a pesar de que hace diez años que Bruce se retiró de la lucha contra el crimen. Pero hay una fuerza emotiva e inconsciente que acosa al protagonista. Una necesidad. Un llamado a volver. Miller escribe y dibuja con una dinámica que te mete en la historia y en la perspectiva de Batman. Y el lector se siente tan urgido como el personaje. El heredero millonario de los Wayne está totalmente alienado. ¿Por qué no acaba con las injusticias de la ciudad a través del dinero y las influencias? Tal vez no lo hace porque es más entretenido golpear a marginados.

Interior del libro uno, famosa escena de Batman con un rifle a punto de enfrentarse a Two Face
La vida del rico se vuelve aburrida y tediosa, pero cuando es Batman todo cobra sentido y sabor. Adrenalina. Pero a costa de someter a los parias. En contraposición, Miller relata el regreso de Two Face (dos caras) pintoresco villano internado en el neuropsiquiátrico de Arkham.

El psiquiatra Bartholomew Wolper será la voz progresista norteamericana que busca rescatar y salvar a Two Face. Pero el autor lo caricaturizará para que el médico se vuelva un personaje mediocre para el lector y un verdadero ignorante. Porque en el mundo de Gotham, el único que sabe es Batman. Después la cosa decanta por si misma: Two Face vuelve al crimen, nunca sanará su psicosis, y Batman vuelve para seguir peleando en el Ragnarok eterno contra sus enemigos/amigos de Arkham. Así termina el primer libro. 


En próximos artículos seguiremos detallando y criticando los siguientes capítulos de esta joya del noveno arte.
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