Continuamos
con lo iniciado en el artículo anterior: desnaturalizando a Batman. Un
personaje muy querido por el fandom. Apreciado. Basta con que diga “I´am
Batman” para que se nos caigan los calzoncillos de la emoción. Pero nunca hay
que dejar de hacer otras lecturas, o sea, buscar las verdaderas sombras de este
personaje.
El artículo anterior hicimos una breve reflexión y reseña de la obra
de Jeph Loeb y el barroco Jim Lee: Hush. Una obra que vale lo mismo a un
videoclip pop de Mtv. Mucha imagen y nada de contenido. Imágenes espectaculares
como las películas de Michael Bay. Pero queda ahí, no hay una puerta a la
construcción de sentidos y de conciencias. Por esa razón, criticaremos otra
historia de Batman: El regreso del caballero de la noche de Frank Miller.
Fran
Miller no es un hombre ajeno a la política. Reconocemos que no nos sentimos
identificados con la visión política segregacionista de Miller. Si leemos
varias obras de él podemos interpretar un mundo bueno, justo, cool, moralista
cristiano y, sobretodo, occidental siendo atacado por un mundo oriental,
musulmán, barbárico y degenerado; por ejemplo, vemos esas ideas 300
(adaptado al cine) de la editorial Dark Horse y explícitamente en Holly
Terror de Legends (editorial propia del autor). Pero no entraremos a
analizar estas obras. La que nos compete es The Dark Knight Returns (El
regreso del caballero de la noche). Pero volviendo a nuestro amigo Frank, es un
hombre que criticó duramente a los indignados que marcharon en Wall Street. Los
pensamientos de izquierda ya no le simpatizan tanto, posiblemente su historia
menos derechosa es el comic Give me Liberty. Miller se inició
dibujando Daredevil (salvándolo de su cancelación cuando se hizo cargo de los
argumentos) y es tan padre de la mitología del abogado ciego de Hell´s Kitchen
como Stan Lee y Jack Kirby.
Frank Miller |
300 Una obra que nos habla del presente mirando el pasado. |
Interior de 300 |
Visión política explícita se presenta en éste comic de Miller. |
Interior de Holy Terror donde caricaturiza, entre varios, a Michael Moore (cineasta que esta en contra de la guerras en medio oriente por parte del gobierno norteamericano) |
En este comic, Miller parece estar más cerca de la izquierda en sus ideas políticas |
En los
años 80´después de haber trabajado en Marvel, es contratado por DC. Hace un
comic bastante vanguardista para lo que era la historieta comercial
norteamericana: Ronin. Pero no fue muy bien vendida. Aun así, la editorial le
da otra oportunidad y le deja trabajar con Batman. Y ahí nace esta obra de
cuatro libros de 48 páginas en un formato fuera de lo común a lo que hacía DC
comics. Valga aclarar que en esos años DC trajo a autores que repensaron la
forma de relatar (tanto en escritura como en arte) en los comics americanos. La
mayoría eran ingleses: Alan Moore, Grand Morrison, Brian Bolland, Neil Gaiman,
Etc. Fran Miller se plantea ante Batman una queja existencial: “Eso fue lo que me molestó tanto de Batman.
El maldito nunca envejecía” (fragmento de la introducción que escribe
Miller para la edición de décimo aniversario de Dark knight returns).
Por eso
la premisa de la que parte es contar la historia de un Batman que ya está viejo
y retirado en la lucha contra el crimen. La historia se resume en un Batman que
vuelve para establecer el orden pero de una manera mucho más brutal y
antisistema. Es un comic que sirve de crítica a los E.E.U.U. de Ronald Reagan ¿o es el deseo inconsciente
de Miller de instaurar un estado fascista?
Analizaremos
cada uno de los cuatro libros (que vienen a ser capítulos) que componen la
novela gráfica. El primero se llama el Regreso del caballero nocturno (nombre
que lleva toda la saga), el segundo es el Triunfo del caballero nocturno, sigue
la cacería del caballero nocturno y termina con el cuarto libro llamado la
Caída del caballero nocturno (con uno de los mejores climax de la historia del
comic de superhéroes). Como fuente he usado una edición de Grupo Editorial Vid
de México del año 1997.
Libro uno: El regreso del caballero
Nocturno.
Si Batman Año Uno (publicado un tiempo después
con dibujos de Mazzuchelli) es una apología a la mano dura policial, el
capítulo uno de DKR (lo nombraremos por sus siglas a partir de ahora) es un
ataque a las teorías progresistas de la criminología. A Miller no le importa
que haya un malestar psíquico en el villano o una psicopatología. Es el malo y
punto. Debe ser golpeado y que no joda más. La historia empieza desde la visión
de los medios de comunicación. La televisión dando noticias del día en Ciudad
Gotham (hogar de nuestro “héroe”). Bruce Wayne brindando champan con el
comisionado Jim Gordon. Pareciera que se suelen juntar a conversar, a pesar de
que hace diez años que Bruce se retiró de la lucha contra el crimen. Pero hay
una fuerza emotiva e inconsciente que acosa al protagonista. Una necesidad. Un
llamado a volver. Miller escribe y dibuja con una dinámica que te mete en la
historia y en la perspectiva de Batman. Y el lector se siente tan urgido como
el personaje. El heredero millonario de los Wayne está totalmente alienado.
¿Por qué no acaba con las injusticias de la ciudad a través del dinero y las
influencias? Tal vez no lo hace porque es más entretenido golpear a marginados.
La vida del rico se vuelve aburrida y tediosa, pero cuando es Batman todo cobra
sentido y sabor. Adrenalina. Pero a costa de someter a los parias. En
contraposición, Miller relata el regreso de Two Face (dos caras) pintoresco
villano internado en el neuropsiquiátrico de Arkham.
En próximos artículos seguiremos detallando y
criticando los siguientes capítulos de esta joya del noveno arte.
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